Bajo la dictadura de las “Pintas” - II parte
“Pintas” aquí, “pintas” allá; “pintas de ayer”, “pintas” de
hoy; “pintas”, “pintas”, “pintas” y más “pintas”; no sé si ustedes, estimadas y
estimados lectores, pero yo estoy harta de caminar al costado de un interminable
y triste letrero en que se han convertido nuestras ciudades, carreteras y comunidades.
Las dictaduras – autoritarismos mejor dicho – , en este
caso, de las “pintas”, no siempre se imponen por la fuerza, al contrario muchas
veces atienden a nuestra demanda, activa o pasiva; por eso ya tenemos nuevas
aunque en ningún caso, espero equivocarme (miento), novedosas “pintas” a la
orden del “respetable” electorado (que nunca pinta).
Por qué tendría que importarnos que pinten tanto, total no
es nuestra plata cierto?; además las o los dueños de las casas ganan “alguito”;
como lo hacen las o los dueños de imprentas, ferreterías, emisoras y otros
servicios metidos en el NEGOCIO de la política; mejor dicho en el negocio de
NUESTRA DEMOCRACIA.
Ja,ja,ja Nuestra dije?, Democracia apunté?, de ninguna
manera; porque tenemos “las manos limpias” y las seguiremos teniendo mientras
no nos metamos en política, demandando planes de gobierno claros y precisos, antes
que pintas repetitivas y sin gracia; consecuentemente ni será nuestra, ni será democracia
la forma de gobierno que gocemos.
Y el voto seguirá siendo un simple ejercicio de reverencia
a los “pintones” de paredes, promociones de educación, fiestas patronales, campeonatos
deportivos y todo lo que permita ser mal pintado; sigamos alimentando así a las
dictaduras que engendra aquella democracia, que a falta de costumbre se nos hace
cada vez más extraña.
Atte. Una demócrata sin causa.
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