"YA NO ME PEGUES!"
En estos días me ha dolido ver estas noticias:
"Padre flagela a su hija por orinarse en su ropa"
http://diariocorreo.pe/ultimas/noticias/8317670/edicion+huancayo/flagelan-a-nina-por-orinarse-en-su-ropa
Niña que fue flagelada perdona a su papá
Sujeto mata hija de 8 meses y la entierra en su patio
http://diariocorreo.pe/ultimas/noticias/8326573/edicion+cusco/sujeto-mata-hija-de-8-meses-y-la-entierra-en
Sin duda nuestra sociedad tiene otras prioridades, pero tenemos que empezar de alguna manera a cambiar esta situación, por la que atraviesan muchas niñas y niños diariamente.
Tal vez podemos empezar entiendo porque toleramos (permitimos y hasta ejercemos) el maltrato infantil:
Maltrato infantil y una sociedad que no reacciona
Especialistas afirman que "hay una negación del niño y la niña como sujetos de derecho" porque existe "una percepción social del dominio que la familia tiene sobre los chicos como algo privado, como un privilegio de los padres", que logra entorpecer a los que quieren denunciar. Además coincidieron como obstáculo estatal cuando se denuncia "pero nadie hace nada o la justicia llega tarde".
Maltrato infantil: dedocracia, impudicias y atomización de la culpa
Ahora es Luciana Milagros Rodríguez, como antes lo fueron Valeria Henríquez, Micaela Reina, Andrea Ábalos, Belén Amitrano, Georgy Godoy. Todos de muy corta edad. ¿Quién vendrá después?
Escribo estas líneas agobiado por la rabia, indignación y vergüenza ajena. Fue premonitoria una nota publicada hace algún tiempo, "El circuitos exculpatorio" que genera en funcionarios de diversos organismos, rasgándose las vestiduras por una víctima de entonces, como es ahora.
También la prédica de muchos años repetida incansablemente, que la violencia intrafamiliar es gravísima y debe ser enfrentada como un problema de salud pública, nunca encubierta por el entramado complejo de varios organismos intervinientes -más de seis- que licuan las responsabilidades.
Escribo estas líneas agobiado por la rabia, indignación y vergüenza ajena. Fue premonitoria una nota publicada hace algún tiempo, "El circuitos exculpatorio" que genera en funcionarios de diversos organismos, rasgándose las vestiduras por una víctima de entonces, como es ahora.
También la prédica de muchos años repetida incansablemente, que la violencia intrafamiliar es gravísima y debe ser enfrentada como un problema de salud pública, nunca encubierta por el entramado complejo de varios organismos intervinientes -más de seis- que licuan las responsabilidades.
Empecemos por leer y tal vez, ojala pronto, reaccionemos ante el llanto y al "ya no me pegues!" de tantas niñas y niños.
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